Entre los conceptos más importantes destacan:
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El ciclo vital humano y sus etapas: Comprender las transformaciones que atravesamos desde la infancia hasta la vejez fue esencial para visualizar el desarrollo como un proceso continuo y multidimensional.
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Las teorías del desarrollo: Freud, Piaget, Erikson, Vygotsky y Bowlby nos ofrecieron marcos valiosos para interpretar cómo se forma la personalidad, cómo aprendemos y cómo nos vinculamos con los demás. Ideas como la confianza básica, la búsqueda de identidad o el apego nos ayudan a leer la realidad con más profundidad.
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La adultez emergente y la resignificación de la vejez: Estas etapas aportaron una mirada renovada sobre momentos de transición, incertidumbre y revalorización del sentido vital.
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La muerte, el duelo y las redes de apoyo: Son elementos que atraviesan todas las etapas de la vida. Entender cómo las personas elaboran sus pérdidas —visibles o simbólicas— y cómo se sostienen en sus vínculos, nos permite acompañar con mayor empatía.
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El impacto de los medios digitales: Especialmente en la infancia y adolescencia, las pantallas pueden alterar el desarrollo del lenguaje, la atención, la interacción social y el vínculo familiar. Comprender esto es clave en la actualidad.
Uno de los temas más complejos fue la teoría psicosexual de Freud, particularmente por su propuesta de que ciertas etapas del desarrollo están ligadas a zonas erógenas y cómo eso impacta la vida adulta. Para algunos estudiantes, fue difícil integrar esta visión con los contextos actuales, aunque generó gran curiosidad e interés por profundizar.
Otro tema desafiante fue el de la adultez emergente. Esta etapa, a medio camino entre la juventud y la adultez establecida, plantea una fuerte carga emocional: decisiones importantes, incertidumbre y una sensación de “estar en tránsito” que puede ser tan liberadora como angustiante.
3. ¿En qué aspectos teóricos se debe profundizar?
- El enfoque integrador: Entender cómo interactúan los factores biológicos, psicológicos y sociales en cada etapa. El desarrollo humano no es lineal ni uniforme.
- Género, diversidad y contexto socioeconómico: Faltan miradas que incluyan variaciones culturales, identitarias y estructurales dentro del desarrollo humano.
- Duelo y pérdidas invisibles: Los duelos no reconocidos (como la migración, los cambios de etapa o la violencia) necesitan más atención, sobre todo en contextos como el colombiano.
- Tecnología y desarrollo cerebral: La sobreexposición digital en niños y adolescentes es un fenómeno reciente que requiere estudio y actualización constante.
Todo lo aprendido tiene una aplicación directa en la práctica psicológica. Nos prepara para:
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Escuchar con empatía, reconociendo el momento vital por el que atraviesa la persona.
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Intervenir desde lo humano y no solo desde lo clínico, rompiendo estigmas sobre la psicología.
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Identificar y acompañar crisis evolutivas (infancia, adolescencia, adultez, vejez) con herramientas teóricas y afectivas.
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Contribuir al tejido social, ofreciendo contención a comunidades que viven pérdidas por causas estructurales (violencia, pobreza, exclusión).
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Educar en el uso responsable de las tecnologías, desde una mirada crítica, sin demonizar pero tampoco romantizar lo digital.

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